Diferencias entre un casco certificado para personas motociclistas y los que no lo son

El uso del casco es una de las medidas más importantes para la protección de los motociclistas. Sin embargo, en México, menos del 40% de los motociclistas utilizan un casco certificado, lo cual es alarmante considerando que el uso de un casco certificado puede reducir la probabilidad de morir en un siniestro vial en un 39% y disminuir en un 89% las posibilidades de sufrir lesiones graves.

Según una publicación de The Lancet, se podrían salvar hasta 911 vidas cada año en México si se generalizara el uso de cascos de seguridad certificados.

Este documento tiene como objetivo destacar las diferencias entre un casco certificado y uno que no lo está, además de describir las pruebas que se realizan para verificar la calidad de los cascos, las principales certificaciones internacionales, y cómo identificar si un casco es seguro.

Un casco certificado difiere significativamente de uno que no lo está en varios aspectos clave relacionados con la seguridad y la protección del usuario. Los cascos certificados han pasado por rigurosas pruebas de impacto, penetración, retención y otros controles de calidad que garantizan su capacidad para absorber impactos y proteger la cabeza en caso de siniestro.

Estos cascos cuentan con un revestimiento interior de poliestireno de alta densidad que ayuda a distribuir la energía del impacto, correas resistentes que aseguran que el casco permanezca en su lugar durante un choque, y suelen tener un peso adecuado que equilibra comodidad y protección.

Por otro lado, un casco no certificado carece de estas validaciones de seguridad y puede estar hecho de materiales de menor calidad que no ofrecen la misma protección.

Estos cascos a menudo no cumplen con los estándares internacionales o nacionales, lo que significa que no han sido probados para resistir impactos o penetraciones de objetos afilados ni impactos. Además, los cascos no certificados pueden tener defectos de diseño, como correas débiles o salientes peligrosas, que aumentan el riesgo de lesiones graves en un siniestro.

Pruebas de Certificación de Cascos

Para que un casco sea considerado seguro y obtenga la certificación correspondiente, debe someterse a una serie de pruebas rigurosas que evalúan su capacidad para proteger al usuario en caso de un impacto.

A continuación, se describen algunas de las pruebas más comunes:

  1. Prueba de impacto: Esta prueba mide la capacidad del casco para absorber la energía de un impacto. Se deja caer un casco desde una altura determinada sobre una superficie de acero para simular un golpe fuerte. El casco debe reducir la aceleración de la cabeza a niveles que minimicen el riesgo de lesión.
  2. Prueba de penetración: Verifica que el casco resista la penetración de objetos afilados, protegiendo la cabeza de lesiones directas.
  3. Prueba del sistema de retención: Se asegura de que las correas del casco permanezcan cerradas y no se suelten durante un siniestro.
  4. Prueba de rigidez: Determina la resistencia estructural del casco frente a deformaciones bajo presión.

Estas pruebas son fundamentales para garantizar que un casco certificado bajo esta norma pueda proteger eficazmente al usuario en condiciones reales de uso.

Principales Certificaciones de Cascos

Existen varias certificaciones internacionales que garantizan la calidad y seguridad de los cascos de motociclistas. Las dos más reconocidas son:

  • DOT (Department of Transportation, Estados Unidos): Esta certificación es obligatoria en Estados Unidos y establece estándares mínimos de seguridad que los cascos deben cumplir para ser comercializados en el país. Los cascos con la certificación DOT deben pasar una serie de pruebas que incluyen impacto, penetración y retención. La prueba de impacto se realiza a diferentes velocidades y temperaturas para asegurar que el casco funcione en diversas condiciones.
  • ECE (Economic Commission for Europe): Esta certificación es obligatoria en más de 50 países, incluidos muchos en Europa y algunos en Asia. La certificación ECE (actualmente en su versión 22.05) es considerada más rigurosa que la DOT en varios aspectos, ya que requiere más pruebas de impacto y la verificación de la visera. Además, cada lote de cascos producidos debe ser probado antes de salir al mercado, lo que asegura una mayor consistencia en la calidad del producto.

Norma Oficial Mexicana

En México, los cascos de seguridad para motociclistas están regulados por la NOM-206-SCFI/SSA2-2018, que establece los requisitos que deben cumplir los cascos para ofrecer una protección adecuada. Esta norma incluye especificaciones de seguridad, métodos de prueba, y requisitos de etiquetado.

Los cascos deben pasar pruebas rigurosas como la prueba de atenuación del impacto, penetración, sistema de retención y rigidez, para garantizar su eficacia en la protección del usuario. Además, deben cumplir con los requisitos de etiquetado, asegurando que el consumidor pueda identificar que el casco ha sido certificado conforme a los estándares de seguridad.

¿Cómo identificar un casco seguro?

A pesar de que un casco pueda mostrar la etiqueta DOT o ECE, es importante que los motociclistas sepan cómo identificar si un casco realmente ofrece la protección adecuada. A continuación, se describen los aspectos clave para identificar un casco seguro:

  • Etiqueta de aprobación: El casco debe mostrar la etiqueta de aprobación DOT o ECE 22.05 en la parte trasera. Esta etiqueta es un indicativo de que el casco ha pasado las pruebas de seguridad requeridas.
  • Revestimiento interior: Un casco seguro debe contar con un revestimiento interior de aproximadamente 2.5 cm de ancho de poliestireno (equivalente al ancho de un pulgar desde la falange hasta la punta del dedo). Este material es crucial para absorber el impacto en caso de siniestro.
  • Correas y remaches: Las correas deben ser resistentes y los remaches sólidos. Esto asegura que el casco permanezca en su lugar y no se deslice o se suelte durante un impacto.
  • Peso del casco: Un casco seguro pesa alrededor de 1.5 kg. Los cascos más ligeros pueden no ofrecer la misma protección, mientras que los más pesados podrían ser incómodos y no necesariamente más seguros.
  • Ausencia de salientes: El casco no debe tener salientes de más de 0.5 cm. Los cascos con crestas, cuernos o escobillas no son seguros, ya que estas características pueden causar lesiones adicionales en caso de un siniestro.
  • Reemplazo después de un impacto: Todo casco que haya sufrido un impacto debe ser reemplazado, ya que después de un golpe ofrecen poca o ninguna protección. Incluso si el casco no muestra daños visibles, su capacidad para proteger puede estar comprometida.
  • Caducidad del casco: Todos los cascos deben ser reemplazados después de tres a cinco años de uso, dependiendo de su caducidad, sin importar si han sufrido algún impacto o no. Un revestimiento de poliestireno extremadamente duro significa que la caducidad del casco ha expirado, y ya no ofrecerá la misma protección.

Mientras que un casco certificado puede ser la diferencia entre la vida y la muerte en un siniestro vial, uno no certificado ofrece una falsa sensación de seguridad y puede resultar ineficaz en el momento más crítico. Los cascos certificados han pasado por rigurosas pruebas de seguridad que garantizan su capacidad para proteger a los motociclistas en situaciones de alto riesgo.

Es crucial que los motociclistas no solo opten por cascos que cuenten con una certificación reconocida, sino que también verifiquen los aspectos clave de seguridad mencionados para asegurarse de que el casco realmente brinde la protección necesaria.

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