En México, en promedio en los últimos 20 años, pierden la vida 15,700 mexicanos cada año a consecuencia de las lesiones ocurridas por hechos de tránsito. Los atropellamientos en México siguen siendo, desde entonces, la segunda causa de muerte en la población entre los 15 y 29 años.
Además, en nuestro país, siete de cada 10 fatalidades en nuestras calles y carreteras corresponde a usuarios vulnerables: peatones, ciclistas y motociclistas.
El 36 % de todas las defunciones corresponden a peatones. Tan solo en 2022 (que es el año más reciente con que se publica la información oficial), 5,641 personas perdieron la vida a consecuencia de atropellamientos en México.
De hecho, considerando el sistema vial, quienes tienen mayor riesgo de perder la vida son precisamente los peatones por encima de los motociclistas, ocupantes de automóviles o de transporte público.
Al analizar los datos por entidad federativa, se observa que Guanajuato encabeza la lista con 509 defunciones, lo que representa aproximadamente el 9.7% del total nacional.
Chihuahua sigue con 325 casos, equivalente al 6.2%, y Jalisco con 454, que constituye alrededor del 8.6%. Estos tres estados juntos suman el 24.5% de las defunciones por atropellamiento en México.
Por el contrario, entidades como Baja California Sur, Campeche y Quintana Roo registran las menores cifras con 23, 12 y 30 defunciones respectivamente, lo que combinado no alcanza siquiera el 1.3% del total.
Esto podría sugerir que hay diferencias sustanciales en las políticas de tránsito o en la infraestructura vial entre las diferentes entidades.
La Ciudad de México, pese a su alta densidad de población y tráfico vehicular, registra 202 defunciones, representando el 3.8% del total, una cifra significativa pero no proporcionalmente alta en comparación con su población.
Por otro lado, estados como Nuevo León y Michoacán muestran números elevados con 313 y 315 defunciones, correspondientes al 6.0% y 6.0% del total nacional, lo que podría indicar la necesidad de revisar las medidas de seguridad vial en estas regiones.
La seguridad vial no es solo una cuestión de infraestructura vial; es también una cuestión de conciencia y educación.
Los peatones están expuestos a diversos riesgos en las calles, y la probabilidad de accidentes fatales varía significativamente según varios factores, incluyendo la entidad federativa, la edad y el género del peatón.
La tasa de mortalidad por atropellamientos en México varía significativamente con la edad y el género de los peatones. Los datos indican que el riesgo de morir por un 3 aumenta con la edad, especialmente a partir de los 50 años.
Para los hombres, la tasa de mortalidad escala de 0.1 en menores de un año hasta alcanzar su pico en el grupo de 80 a 84 años con una tasa de 12.4.
Para las mujeres, el riesgo más alto se encuentra también en el grupo de edad de 80 a 84 años con una tasa de mortalidad de 2.7, aunque es notable que la tasa más elevada para ellas ocurre en el grupo de 85 años y más con un valor de 4.0.
En los grupos de edad más jóvenes, las tasas de mortalidad son relativamente bajas para ambos géneros, pero comienzan a incrementarse en la adolescencia y la adultez temprana.
Por ejemplo, en el grupo de 15 a 19 años, los hombres tienen una tasa de mortalidad de 1.3 mientras que las mujeres tienen una de 0.3. Este patrón de mayor riesgo en hombres continúa y se amplifica con la edad, siendo más pronunciado en la población masculina que en la femenina.
En términos de género, los hombres tienen una tasa de mortalidad más alta en cada grupo de edad comparado con las mujeres.
La diferencia es especialmente marcada en la población de edad avanzada. Por ejemplo, en el grupo de 75 a 79 años, los hombres tienen una tasa de 11.9, mientras que las mujeres tienen una de 3.2, casi cuatro veces menor.
Estos datos sugieren que los hombres mayores de 50 años tienen el mayor riesgo de perder la vida por un atropellamiento.
Las políticas de prevención y seguridad vial deben considerar estos patrones para dirigir esfuerzos educativos y de infraestructura que protejan a los grupos más vulnerables, en especial a los hombres de edad avanzada.
Para mejorar la seguridad vial y proteger a los peatones, es imperativo adoptar un enfoque multidisciplinario.
Las recomendaciones incluyen el aumento de la conciencia sobre los riesgos de atropellamiento en México, el desarrollo de infraestructura vial segura, la implementación de campañas educativas dirigidas a conductores y peatones, y el fortalecimiento de las leyes de tránsito y su aplicación.
Es crucial adaptar estas medidas a las necesidades de los grupos más vulnerables, particularmente los hombres mayores y los niños.
Con el objeto de que la seguridad vial sea una realidad para todos, la Fundación Aleatica para la Seguridad Vial contribuye de manera proactiva a través de la mejora de la infraestructura priorizando a los usuarios vulnerables de las vialidades, del fomento a la incorporación de tecnología para hacer que los vehículos con sus ocupantes estén mejor protegidos e incidiendo sobre las conductas más frecuentes de riesgo que adoptan los usuarios de las vialidades.
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